Articulo
original del columnista de El Tiempo Gustavo Duncan, publicado en ingles en el
prestigioso portal de internet CyclingTips
el día 28 de septiembre, donde profundiza en el tema de la obstaculización
deliberada por parte de la Federación Colombiana de Ciclismo del planeado Tour
de Café
(carrera que sería 2.1 en el ranking UCI) y da muestra de varios de los grandes
problemas del ciclismo interno colombiano.
El pódium de La Vuelta, con Nairo por encima del dominador del Tour |
Más que la de Nairo Quintana, la imagen del triunfo en la Vuelta a
España 2016 fue la de sus paisanos; decenas de miles de colombianos celebrando
en Madrid como no lo hacían desde que Lucho Herrera ganó en 1987. Se podía
distinguirlos fácilmente: llevaban la camiseta de la selección nacional de
fútbol.
No era casualidad que llevaran un uniforme de fútbol para celebrar
un triunfo en ciclismo. Era el único símbolo deportivo de su nación que tenían
a la mano. Desde hace varias décadas, luego del final del Postobón y del Café
de Colombia a principios de los 90, Colombia no dispone de un equipo de
ciclismo en el más alto nivel. Ha habido buenos ciclistas pero, como Nairo y
Chaves hoy, estaban obligados a ser parte de una infraestructura que muy poco
tenía que ver con el país. Las marcas para las que corrían eran extrañas para
los colombianos y estos ciclistas estaban comprometidos con el calendario
europeo. Rara vez se les veía compitiendo en carreras locales.
¿A qué se debe que una potencia ciclística, propietaria de un
lugar privilegiado en el escalafón de la UCI, dependa exclusivamente de lo que
hagan un puñado de corredores sin ninguna conexión con equipos y competencias
en Colombia? La historia de un proyecto, el Tour del Café, tiene mucho que decir
sobre unos ciclistas que se han hecho globales a pesar de una dirigencia que
hace todo lo posible por mantener al ciclismo colombiano aislado del mundo.
Una carrera que solo podía llamarse “del Café”
Desde hace tres años una empresa, The Cycling Company, viene
gestionando una nueva carrera en Colombia. Se trata de una vuelta de cinco
etapas alrededor de las regiones donde ha sido más emblemático el cultivo del
café. Por eso la carrera no podía llamarse sino el Tour del Café. Está
programada para disputarse justo después del Tour de San Luis, en Argentina.
Sería de la misma categoría, 2.1. en el escalafón de la UCI. De modo que
podrían venir los mejores ciclistas del mundo luego de correr en San Luís;
entre ellos los ciclistas colombianos de equipos World Tour. Actualmente las
carreras por etapas en Colombia son de categoría 2.2. como la Vuelta a Colombia
o sin categoría alguna como el resto de competencias, lo que impide por su
clasificación, premiación y organización que corran equipos de primer nivel
mundial. Tan solo hay espacios para escuadras regionales o para equipos traídos
de Ruanda o Italia sin un nivel competitivo acorde al ciclismo colombiano.
Alejandro Carrizosa, el gerente de The Cycling Company, logró
obtener el respaldo de Medalist Sports, la compañía estadounidense que organiza
el Tour de California, entre otras carreras. También consiguió el respaldo de
varias empresas colombianas interesadas en patrocinar el evento y de las
gobernaciones de los departamentos cafeteros por donde estaba planeado que la
carrera transcurriera.
Todo iba bien hasta el trámite de los permisos ante la Federación
Colombiana de Ciclismo (FCC). “Empecé a escribirles. Por supuesto nunca me
contestaron. -cuenta Carrizosa- Luego le escribí a la UCI con el apoyo de
Medalist. La UCI me decía: pídale el permiso a su federación.” Ante las
negativas de la FCC, la UCI le envió a Carrizosa el formato de registro para la
carrera. El único inconveniente era que los formatos diligenciados debían ser
enviados a la FCC para que esta los reenviara a la UCI.
Sorprendentemente la Federación, cuyo papel era únicamente de
intermediario, porque al ser el Tour del Café de categoría 2.1. recibía aval
directo de la UCI, se ha aprovechado de ese tecnicismo para sabotear el
proyecto. Meses después desde la UCI le avisaron a Carrizosa que su federación
no había enviado los formatos. De inmediato Carrizosa llamó a Jorge Ovidio
González, Presidente en ese momento de la FCC, quien en vez de ayudarle lo
increpó. “Me dijo que yo estaba pasando por encima de ellos, que eso era una
“carrera pirata” porque no estaba avalada por la Federación”.
La advertencia era que si quería hacer la carrera la FCC debía
estar metida de pies y cabeza en la organización. Desde entonces, hace 3 años,
no ha habido forma que la FCC envíe los formatos, ni siquiera luego de un
e-mail de la UCI en que en duros términos advierten que es inaceptable la
descalificación de los organizadores como “piratas”; argumento usado para
engavetar el proyecto. El autor de este artículo ha visto los e-mails de la UCI
a la FCC.
Pequeño pero solo mío
El presidente en la sombra de la FCC se apunta todas las victorias |
Ante el sistemático bloqueo de la FCC Carrizosa se dirigió a
Coldeportes, la agencia estatal que funciona como el Ministerio del Deporte en
Colombia. Allí quedaron sorprendidos al conocer su versión de los hechos. La
directora de Coldeportes intentó ayudar; pero cuando preguntó por la situación
la Federación respondió que el Tour del Café era un rival para ellos en la
búsqueda de patrocinadores, que por eso no lo apoyaban.
Para no dejar dudas la FCC respondió en un comunicado del pasado
11 de Julio: “Se conversó también de la carrera denominada Tour del Café,
que sería organizada íntegramente por la empresa Medalist Sports. Ante dicho
interés, la Federación expresó que no puede haber un evento por encima de la
entidad”.
Nada extraña la respuesta. Esta ha sido la conducta de la
dirigencia de la FCC desde hace largo rato. La idea no es proyectar el ciclismo
local como un deporte global, aprovechando la inagotable cantera de campeones
que produce nuestra tierra; sino mantener el control del negocio, así el
ciclismo local sea igual al de cualquier país que no tienen ciclistas en el
World Tour; mucho menos campeones de las principales carreras del mundo.
Pareciera ser que la lógica de los dirigentes de la FCC es “que la torta sea
pequeña pero que sea solo mía”.
El grado de cinismo es tal que Jorge Ovidio González, ahora
gerente de la FCC, dijo al diario El Tiempo el pasado domingo 25 de septiembre:
“La posibilidad de hacer esa carrera la supo la UCI. Pero el mismo
presidente Brian Cookson recomendó a los organizadores hablar con la Federación
para llegar a un acuerdo. Pero nunca se acercaron”. Lo que es totalmente
falso. El 18 de abril de este año se programó una reunión con la FCC para
presentar el proyecto del Tour del Café; para que no sintieran que los estaban
pasando por alto. “Pero la Federación, al saber que la UCI y el operador
Medalist Sport iban a estar en la reunión, negaron la posibilidad de reunirse”
- sostiene Carrizosa con una carta que prueba lo que dicen.
Al final no solo se impide que otros organizadores de competencias
ciclísticas mejoren el pobre calendario nacional; sino que la FCC no hace lo
que por obligación debería hacer: organizar carreras. Su incompetencia es tal
que la Vuelta a Colombia está a punto de desaparecer del calendario UCI. La
carrera es un desastre desde el punto de vista organizativo.
La premiación, el cobro a los equipos por llevar carros acompañantes y el hecho
que los ciclistas tengan que pagar su alojamiento son apenas una parte de la
larga de lista de violaciones al reglamento establecido por la UCI. Nadie se
explica por qué la UCI ha preferido mantenerla en el calendario, así sea en la
categoría más baja de una carrera por etapas.
No son solo las carreras del calendario nacional
La gestión de la FCC la retrata otro caso. A la Selección
Colombia, por resultados este año, le corresponden 24 cupos a los próximos
Mundiales en Ruta a disputarse en Doha. Sin embargo la
FCC planea llevar solo a 16 ciclistas. De acuerdo al presidente
actual, Agustín Moreno, la razón para desaprovechar los cupos es que no cuentan
con corredores competitivos en la categoría junior y damas. Es decir: en
aquellas categorías donde más importante es su gestión para formar a nuevas
figuras, porque no existen suficientes equipos ni patrocinadores, no llevan
ciclistas.
En la lucha contra el dopaje los resultados son peores que
mediocres. Recientemente el principal periódico de Colombia, El
Tiempo, denunció cómo el pelotón local utiliza hoy día sustancias prohibidas
con mayor irresponsabilidad e impunidad que a mediados de los 90 en Europa. El
reportaje mostraba fotos con los productos traídos de China que se consumieron en la pasada Vuelta a Colombia.
Para
los ciclistas jóvenes el dilema es si negarse a la trampa y no ganar nada, ni
tener mayor chance de conseguir cupo en un equipo
donde les paguen un salario; o doparse y ser competitivos en un medio donde
casi todos van envenenados. Es, además, un doping realizado sin mayor
soporte científico, sin estar soportado en planes de entrenamiento elaborados
por algún profesional.
Dos reconocidos preparadores físicos consultados para este
artículo coincidieron en que si un ciclista local no se marcha a Europa a
temprana edad lo más seguro es que luego sea imposible para ellos adaptarse a
correr sin trampas. Ya son varios los casos de ciclistas que volaban en
Colombia pero cuando fueron fichados para correr en Europa a duras penas
terminaban las etapas de alguna competencia de segundo nivel.
La cosecha de los otros
Colombianos en Madrid celebrando el triunfo de Quintana |
Si todo es tan malo en la FCC ¿Por qué nadie interviene para
cambiar los dirigentes? Es cuestión de percepción. Para la mayoría de la gente
en Colombia el ciclismo solo es objeto de atención y celebración cuando llegan
los triunfos. Antes de que la generación de Quintana, Urán, Chaves, etc.
irrumpiera en escena, a los colombianos poco les interesaba el desempeño de la
dirigencia ciclística porque poco seguían el ciclismo local. Los dirigentes
podían ser mediocres sin ningún problema, pues nadie estaba atento a su
desempeño.
Ahora que nuestros ciclistas brillan en todas carreteras del mundo
la gente piensa que son los frutos de un trabajo de largo plazo de la
dirigencia. No reparan que en realidad los dirigentes recogen la cosecha de los
otros: de todas esas personas que se sacrificaron y los formaron y quienes los
llevaron al ciclismo europeo. Por algo el ciclista Winner
Anacona le respondió en Twitter al Presidente del país,
Juan Manuel Santos, que volverán el próximo año al Tour porque ellos se han
hecho SOLOS, en letras mayúsculas. Santos antes los había felicitado y también
consolado en Twitter por no haber cumplido “el sueño amarillo” con Nairo
Quintana. Les decía: “¡Volveremos por más!”.
Gustavo, Asier, muchas gracias por el artículo.
ResponderEliminarEntre las personas que, con el paso de los años, nos hemos empapado un poco mas en el ciclismo este bochornoso capítulo de la dirigencia del ciclismo colombiano no es algo que nos sorprenda; pero si veo con algo de satisfacción que la podredumbre del ciclismo nacional vaya emergiendo poco a poco en los medios internacionales a ver si se logra cortar con ese problema de raíz.
La falta de visión de la actual dirigencia de la FCC queda patente en esta polémica; no se mucho de gestión comercial, pero sería más rentable para mi recibir un dinero por hacer de intermediario -sin invertir un peso- que hacerme cargo de una carrera con una organización y unos resultados lamentables, donde engendros como "Sevillano" y Ortega son los referentes.
La idea del tour del café después del tour de San Luis es una buena alternativa que seguramente podría mostrar unos resultados bastante interesantes. Lo que a mi me gustaría en un futuro es que una empresa organizadora con un perfil tipo ASO pudiera tomar el control de la Vuelta a Colombia para tratar de recuperar su grandeza.
Pasando a otros temas no tan ajenos, quedé un poco inquieto respecto a la nueva incorporación del Movistar (Abarca) proveniente de nuestro país (no recuerdo su nombre en este momento), me preocupa que pueda ser un nuevo Argiro Ospina, la muestra patente de los ciclistas que "no pueden adaptarse", pero bueno, si contrataron a un Víctor De La Parte bastante conocido por sus vínculos con la boyante farmacología andorrana (y lugar en donde parece reside un importante ciclista nacional), no podría esperarse que fueran totalmente cero tolerancia con las cuestiones non sanctas.
De nueva cuenta muchas gracias por su interés en este precioso deporte.