01 junio 2013

Colombians are back

*Artículo de opinión del columnista Gustavo Duncan publicado en el diario El País de Cali el sábado 1 de junio de 2013.

Betancur y Urán bajo la nieve en Las Tres Cimas de Lavaredo
"Los colombianos están de vuelta" repiten todas las publicaciones especializadas de ciclismo. El pasado Giro de Italia no hizo nada distinto a revelar lo que ya era inminente: la nueva bonanza del ciclismo colombiano. No es solo el café, el petróleo y la coca. En el deporte también somos un país de bonanzas. Y nuestro drama es cómo evitar que la felicidad se convierta en frustración. No sabemos cómo administrar la fortuna. El asesinato de Andrés Escobar es el grado cero de este drama.

El ciclismo no es la excepción. Los años dorados de Lucho Herrera y Fabio Parra se diluyeron en una pésima gestión que no supo adecuar el ciclismo a las nuevas épocas. A pesar de tener ciclistas como Oliverio Rincón y Santiago Botero el país fue incapaz de organizar un equipo en Europa. Se ganaban etapas en el Tour, el Giro y la Vuelta, pero había la sensación que el ciclismo estaba acabado.

Quintana y Henao en el podium de la Vuelta al Pais Vasco
Ahora que somos por primera vez en la historia líderes por países en el escalafón de la UCI (la FIFA del ciclismo) es necesario apaciguar la euforia por un momento y advertir con cabeza fría las fallas. No es por dañar la fiesta, es por evitar que cuando haya finalizado el ciclo de los cinco fabulosos, como se refieren los aficionados europeos a Quintana, Urán, Henao, Betancur y Duarte, estemos de nuevo en ceros.

Lo primero es que el manejo del ciclismo no puede seguir siendo un botín burocrático de segunda. Funcionarios que llegan a los máximos cargos sin siquiera una afición por la disciplina, con la sola aspiración de viaticar, mostrarse y en ocasiones, hacerse a una tajada del presupuesto, son fatales porque dejan la situación a lo que la naturaleza provea. Es decir, a lo que surja por obra y gracia de la gran afición que existe en el país. Averigüen nada más el nombre del presidente de la Federación para que sepan a qué me refiero.

Lo segundo es un tema puntual: la pésima dirección del equipo nacional, el Team Colombia. La afición piensa que la actuación en el Giro fue buena porque los logros de los ciclistas en equipos extranjeros se confunden con los logros del equipo. En realidad fue muy mala para la calidad de los corredores que había. La razón principal es que la preparación física es mediocre. Los corredores hacen la primera parte de la temporada en Europa, donde a duras penas pueden entrenar por el invierno.

Duarte atacando en el Galibier, Giro 2013
Lo peor es que se perdió la base científica que tenían cuando corrían en el equipo matriz de donde surgió el Team Colombia, me refiero al Colombia es Pasión. Ya no utilizan herramientas básicas como potenciómetros, justo ahora cuando equipos como el Sky inglés, a quienes llaman los “skyborgs”, basan su superioridad en la ganancia marginal con detalles de la ciencia. La preparación científica dentro de un proceso bien administrado es indispensable además para recortar la ventaja que nos llevan en la formación de nuevos corredores.

Lo tercero es el control al doping. En las carreras colombianas hay barra libre. Los corredores se “fumigan” con cualquier cosa. Por eso muchos ciclistas que vuelan en Colombia a duras penas caminan en Europa. Allá la barra libre se acabó hace unos cuantos años. Es desastroso que ciclistas sub-23, como ya viene sucediendo, utilicen estas sustancias prohibidas. No solo por su salud, sino porque en el largo plazo su potencial de mejora se estanca antes de alcanzar su madurez ciclística.

Estos no son los únicos temas, existen otros como el diseño de los recorridos de las carreras y la pobreza del periodismo deportivo nacional, pero sí son los más críticos.

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