Alto de San Miguel, el puerto de Lucho Herrera

Panorámica de la parte final de San Miguel

Puede que San Miguel en su conjunto no sea más duro que otros puertos de los alrededores de Bogotá como el Boquerón de Chipaque o el Verjón por su vertiente de Choachí, pero lo que sí tiene es historia. En estas carreteras se hizo nada más y nada menos que Lucho Herrera, El Jardinerito de Fusagasugá. Considerado como el mejor escalador del mundo en la segunda mitad de la década de los 80 y ganador en varias ocasiones del Premio de la Montaña en las tres Grandes Vueltas por etapas. Cuando remontamos sus pendientes finales entre el bosque andino es imposible no imaginarse a aquel muchacho flaco y desgarbado sudando por aquí con la ilusión de correr algún día el Tour de Francia. Aunque, de acuerdo a sus declaraciones, nunca soñó con conseguir todo lo que logró en su carrera profesional, en este puerto comenzaron a fraguarse sus posteriores gestas en las más míticas cimas del Tour, Giro y Vuelta: Alpe d´Huez, Tre Cime di Lavaredo, Lagos de Covadonga, etc.
 
El puerto de San Miguel arranca desde Fusagasuga, con una sucesión de repechos por la carretera secundaria que comunica esta población con Sibaté, al sur de la sabana de Bogotá. El asfalto está en buen estado, pero en los kilómetros finales del puerto el pavimento se vuelve muy rugoso y se siente como se agarra a las gomas de nuestras ruedas.

Un kilómetro antes de La Aguadita comienza el puerto como tal, con su dureza dividida en dos tramos bien diferenciados. Los 6 kilómetros iniciales son bastante regulares al 6,6%, con dos tramos largos sobre el 7% que quitan el aire. En esta primera parte pasamos varios tramos donde nos asombran los helechos arbóreos de hasta 5 metros de altura a ambos costados de la carretera. Tras alcanzar un primer alto vienen a continuación 2 kilómetros suaves, atravesando el caserío de Agua Bonita, hasta una curva de herradura que marca el inicio de la dura parte final, con 6 irregulares kilómetros y varias rampas de cierta entidad.

Luego de kilómetro y medio al 6.5% encontramos el último descanso tras pasar por un estrecho puentecito en una curva de vaguada. De aquí en adelante la pendiente no cesa durante 2 kilómetros por encima del 7% y 8%. Pedaleamos ahora sobre un impresionante barranco a nuestra izquierda. El espesor del fantasmagórico bosque de niebla andino que nos rodea parece querer tragarse la carretera. Luego de un poco más de un kilómetro sobre el 6% entre un par de herraduras viene el remate al 8% con un tramo final que tiene rampas de hasta el 13% que nos obligan a retorcernos sobre la bicicleta antes de alcanzar la ansiada cima. Arriba encontramos un buen premio a nuestro esfuerzo, pues varios lugareños tientan nuestra gula con unas exquisitas fresas con crema de leche que no podemos rechazar.

La altimetría de esta entretenida y linda ascensión de 1ª Categoría. Mítica por haberse decidido alguna Vuelta a Colombia en sus rampas, y comparable en longitud y dureza con las vertientes este del Aspin y del Peyresourde, pero a 1200 metros mas de altitud que estos famoso cols franceses. La otra vertiente de San Miguel desciende muy suavemente durante 8 kilómetros hasta Sibaté, a una altura de 2574 metros.

En el primer Km. pasamos por La Aguadita

Entre helechos arbóreos

Por esta ruta entrenaba "el jardinerito"

Curva de herradura tras la zona suave de mitad de alto

Entramos con prudencia...

... a la parte decisiva del ascenso

El bosque andino...

... parece querer engullirnos

Transitando por kilómetros enteros al 8%

Foto-montaje del tramo de bosque

Superando las últimas rampas

Llegamos al alto