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El Salvador es uno de los altos más bonitos de Colombia |
Durante más de dos décadas la llegada a Jericó fue una de las cimas
olvidadas del ciclismo colombiano. Luego que se utilizara para dar origen al
Clásico RCN los organizadores poco volvieron acordarse de esta bellísima
subida. La razón no debió haber sido en todo caso por falta de dureza. Más bien
todo lo contrario, por excesiva dureza. Sobre todo si se trata de carreteras en
mal estado. Hoy en día el estado del asfalto, salvo algunos tramos que no
ofrecen mayor inconveniente, no es el problema. El verdadero problema son los
tramos de dos dígitos de inclinación de la parte final del puerto.
La subida comienza a un par de kilómetros de Puente Iglesias, justo al
lado del rio Cauca, en un desvío a la derecha si se va de norte a sur. El
primer tramo es ya exigente con una rampa del 11%. Más adelante vienen
secciones continuas donde la pendiente ronda constantemente el 8% y una rampa
suelta al 13% rompe el ritmo de subida. Algunos descansos y la abundante sombra arbórea evitan que la humedad y el calor que agobia a esa altura en el trópico
hagan más daño en nuestra voluntad de sufrir. Y es que la subida al alto del
Salvador, por lo larga, por el clima tórrido en su parte inicial y por la
sorpresa de pendiente que nos espera al final, es una verdadera procesión al
cielo.
Sabíamos que la subida tenía entre 22 y 23 kilómetros y más de 1400 metros
de desnivel. Por eso a partir del kilómetro 8.5 cuando la pendiente baja
alrededor del 6 y 7% y algunos descansos reducen la ganancia de altura, nos
preguntábamos en qué momento se iba a empinar la cuesta para recuperar el
desnivel previsto. Solo la belleza del paisaje nos distrae de esta
preocupación. De frente siempre vemos una muralla montañosa que no sabemos por
donde debemos superarla. Al lado izquierdo se ve todo el valle alrededor del
rio Cauca y los enormes cerros de la cordillera central. Es una tarima
privilegiada hasta cuando de súbito en el kilómetro 16, ya bajo las paredes de
la montaña, una serie de curvas de herradura entrelazadas nos arrojan a unas
rampas que progresivamente nos obligan a subir piñones hasta hacer uso del último.
Estamos ahora en territorio de dos dígitos permanentemente. Y la pendiente nos
obliga a concentrarnos en la carretera y olvidarnos del paisaje.
Ocho curvas de herradura después la
procesión termina. La sacudida de tanta inclinación da lugar a un tramo más
relajado del 6 y 7%, típico de las subidas colombianas. Un kilómetro y medio
más y estamos entrando a Jericó, típico pueblo antioqueno, con sus calles
empedradas, numerosas iglesias y gente jugando billar en algún bar de la plaza.
La fama de Jericó no es solo por la Madre Laura Montoya, la primera santa
colombiana, sino por unos dulces de cardamomo que nos llevamos de recuerdo a
nuestras casas.
Hola amigos...excelente descripción de una subida absolutamente fascinante y que se siente interminable en algunos tramos....adicional hay que sumarle el intenso calor y humedad de la zona, el cual drena completamente tus reservas si no tienes suficiente liquido para hidratarte. Es definitivamente una trepada recomendable sin embargo debes estar en muy buenas condiciones para lograr la meta. Gracias a los autores de este blog por sus detallados y amenos artículos.
ResponderEliminarHola. QUiero saber si esta descripción se refiere a la subida de La Cabaña o a la de La Cascada. Porque las fotos me hacen creer que se trata de esta última. Gracias.
ResponderEliminarEs la Cascada, por la primera foto (Canaán) donde se ve la señal que indica los kilómetros para Tarso. La Cabaña es aún más retadora a mi parecer.
EliminarEfectivamente, la ruta de la Csbsñs es más fuerte puesto que asciende casi igual altitud en 4 kil+ometros menos. Además, la mayor parte es destapada.
EliminarEs una verdadera pared, supremamente retador los últimos 5 km son demasiado fuertes. Para mí es el puerto mas duro del suroeste antioqueño.
ResponderEliminarEs un paraiso. La vegetación selvatica, los animales, la vista al cauca. Muy pocos carros, solo la carretera y tu. La calma y el silencio permiten agudizar los sentidos. Y además no tienes la preocupación de que te vayan a robar.. un paraiso.
ResponderEliminarEs un paraiso. La vegetación selvatica, los animales, la vista al cauca. Muy pocos carros, solo la carretera y tu. La calma y el silencio permiten agudizar los sentidos. Y además no tienes la preocupación de que te vayan a robar.. un paraiso.
ResponderEliminarRecorrido exigente pero con un paisaje inigualable. Lo enfrentamos desde Pereira Risaralda.
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