*Ampliación
del artículo de opinión del columnista Gustavo Duncan publicado en el diario El
País de Cali el sábado 27 de julio de 2013.
La gloria en los Campos Eliseos |
Solo unos pocos elegidos pueden mover cerca de seis vatios de potencia por cada kilogramo de peso corporal. Y son menos los que, además de tener cualidades físicas excepcionales poseen también una fortaleza anímica y una disciplina fuera de lo corriente. Cuando la cabeza es más débil que las piernas no hay campeón posible. Es la relación cabeza/piernas más que la relación peso/potencia lo que hace de Quintana un corredor extraordinario. Por algo su director Eusebio Unzue, el mismo de Induráin, dice de él que “nació aprendido”. Esta cualidad lo está llevando a convertirse en un héroe mundial. En los foros de los portales ciclistas de Europa y Estados Unidos consideran a Nairo literalmente como “el escalador ultra-mítico”, tocado por la genialidad de los “Elegidos”, que viene a rememorar las hazañas de los legendarios grimpeurs Coppi, Gaul, Herrera y Pantani; que llega para ocupar un lugar al lado de estos en el Olimpo de los Dioses del Ciclismo y alegrar el corazón de la gente con sus gestas.
Escapado en Pailheres |
Quintana
tiene además la habilidad de no mostrar en su rostro ninguna sensación cuando
se juega la carrera. Es el escalador
impasible. Mientras sus rivales no pueden esconder como sus músculos
hierven en ácido láctico él parece relajado, como si estuviera distraído viendo
TV. Su mirada perdida hacia el frente y su mandíbula inmóvil ocultan una agonía
que va por dentro. En el Mount Ventoux vimos cómo se vació hasta el último
gramo. Los auxiliares de su equipo tuvieron que sostenerlo como a un moribundo
cuando cruzó la línea de meta. No podía sostenerse de pie, apenas resollaba
sobre el asfalto. Pero unos minutos antes, aun en carrera, el narrador de la
televisión española se burlaba al comparar el rostro de sufrimiento de los
demás corredores con su gesto impasible.
Duelo en el Mont Ventoux |
Está muy bien celebrar con la alegría que nos caracteriza uno de los mayores éxitos del deporte en la historia de nuestro maltratado país. Pero antes de lanzar las campanas al vuelo, dando como seguro un triunfo colombiano en la Grande Boucle en un futuro cercano, quizás sería conveniente aterrizar y caminar con los pies en el suelo. El que Quintana, Urán, Betancur... puedan tener opción de ganar un Tour de Francia dependerá mucho de que sigan progresando y aprendiendo, de la suerte (recordemos la mala fortuna de Mauricio “el lancero” Soler) y de los recorridos que presenten los organizadores de la prueba gala. El recién finalizado Tour tuvo un recorrido inusual que le venía como anillo al dedo a las características ciclísticas de Quintana. No es habitual que el Tour tenga dos cronos tan cortas y que solo una de ellas fuera totalmente plana. Tampoco que programe cuatro llegadas en alto de Hors Categorie y 1ª Categoría.
Ojala
sea verdad que la facilidad para la escalada y la sencillez de Nairo enamoraron
a los franceses, para que ASO piense en el espectáculo que pueden brindar
nuestros “escarabajos” en las carreteras de Francia a la hora de diseñar los
Tours venideros. Por de pronto, para la edición del 2014 ya se habla de una
etapa con tramos de pavés o adoquinado en la primera semana y una fracción
cronometrada plana de unos 50 kilómetros en la segunda semana. Si estos rumores
se llegaran a confirmar la épica de las montañas estará susurrándole al oído a Nairo Quintana, el escalador impasible.
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